Por evaluación de la lectura se entiende la valoración del resultado obtenido por un lector tras tener en cuenta la velocidad, la exactitud y la comprensión lectora mostrada ante un texto escrito.El producto final que se obtiene del desempeño lector en cuanto a velocidad viene expresado por la cantidad de palabras que la persona haya sido capaz de leer en una determinada unidad de tiempo. El producto lector se concretará en la cantidad de palabras por minuto leídas: a mayor número de ellas, mayor velocidad y, por ello, mejor producto obtenido.En cuanto a exactitud, el producto lector vendrá dado por el número de errores cometidos o no durante el proceso de lectura, de manera que a menor cantidad de errores, mejor resultado lector.Finalmente, el producto lector y, por consiguiente, la evaluación de la lectura realizada por una persona, dependerá del grado de comprensión del texto, esto es, de cómo ha sido asimilado, apreciado e interpretado; si se han captado las ideas principales o secundarias; si se es capaz de elaborar síntesis o resúmenes; si se sabe estructurar y señalar las partes que conforman el texto; si se consigue diferenciar el sentido literal del sentido figurado, etc.dificultad del texto leído: los textos suelen clasificarse en función de su dificultad en los siguientes grados: a) escasa dificultad: tebeos, revistas, cómics...; b) dificultad media: libros de texto; y c) gran
dificultad: textos científicos y técnicos.El grado de exactitud lectora: una lectura veloz plagada de errores de exactitud: omisiones, sustituciones, un fragmentaciones, etc., será un producto lector deteriorado con sensible merma comprensiva.El grado de comprensión lectora: es totalmente dispedagógico fomentar un entrenamiento lector veloz sin estar vinculado a la ejercitación en exactitud y comprensión lectora. El proceso de evaluación lectora cada vez es más necesario en nuestros días, ya que durante mucho tiempo se ha pensado que una persona, cuando aprende a descifrar unas letras, ya domina la lectura y sabe leer. Y no es así. Muchas personas leen con lentitud, con errores y poca fluidez, y sin apenas comprender lo que han leído.En la actualidad, el aprendizaje y la enseñanza de la lectura deben incluir necesariamente la evaluación lectora para conocer la rentabilidad que el sujeto es capaz de obtener de su lectura. En una sociedad como la nuestra en la que estamos insertos, queramos o no, en la cultura letrada, donde los medios de comunicación e Internet parecen invadirlo todo, se hace imprescindible tener en cuenta la evaluación lectora para profundizar en los aprendizajes y subsanar los déficits que pueda presentar una persona.En definitiva, si se sabe aplicar el sentido crítico a lo leído para quedarse con lo verdaderamente importante, eliminando todo lo superfluo o superficial.Si vamos introduciendo estos aspectos descriptivos y cualitativos nos iremos adentrando en la evaluación formativa de la lectura. El proceso de evaluación de la lectura suele estar condicionado por El grado
Cuando nos acercamos a la naturaleza de la comprensión de la
lectura, necesariamente nos aproximamos también al conocimiento de las
características del estilo de evaluación que pretende valorar dicho proceso.
Sabemos que la lectura es uno de los medios principales de
acceso al conocimiento, y también sabemos que la evaluación de la comprensión
es uno de los problemas más interesantes a analizar. Las nuevas perspectivas
conceptuales, en el medio de la discusión sobre el tema de la lectura, han traído
también un cambio en las consideraciones acerca de su evaluación (Johnson,
Kress y Pikulski, 1990).
En la actualidad se pueden encontrar importantes avances en el
conocimiento de la naturaleza de la lectura. Pero, frente a este notable
desarrollo conceptual-teórico nos encontramos también con escasas
investigaciones dedicadas específicamente a estudiar el tema de la evaluación
de la comprensión de la lectura, que den cuenta de lo que ocurre en la práctica
pedagógica.
Las nuevas concepciones sobre la lectura han dado razones para
considerarla como un proceso interactivo, sin embargo se presentan algunas
dificultades que se generan al intentar evaluar la comprensión de la lectura.
Por esta razón se torna indispensable indagar y encontrar conocimientos por un
lado, y procedimientos de valoración por otro, que nos permitan obtener una
comprensión más adecuada de las dificultades que aparecen al valorar la
comprensión de la lectura.
También sabemos que se conoce cada vez más acerca de la
lectura y de como enseñarla más efectivamente. Este conocimiento ha generado,
por un lado, la adaptación del curriculum de la lectura al modelo interactivo,
y por otro un movimiento de cambio en las prácticas de valoración de la
comprensión lectora.
El modelo interactivo de la lectura muestra la importancia de
atender al impacto del conocimiento de base y del contexto de la situación de
lectura sobre la comprensión de textos, como así también las estrategias que
los lectores usan para cumplir con las demandas de las tareas.
El propósito de esta comunicación, que forma parte de un
trabajo mayor acerca de la evaluación de la lectura, es el de reflexionar
acerca de algunos de los aspectos, los logros, las dificultades que aparecen
conociendo y pensando la evaluación de la lectura; siendo este un estudio de
carácter teórico, enmarcado en los desarrollos de la psicología cognitiva.
Llegamos a comprender la naturaleza de un enfoque valorativo,
conociendo sus supuestos, sus fundamentos y los procedimientos que se utilizan.
En este sentido, actualmente el enfoque denominado valoración auténtica de la
lectura parecería presentarse como una promesa alentadora que nos acerca a una
evaluación que entiende a la comprensión lectora como un proceso de naturaleza
interactiva.
La valoración auténtica de la lectura se presenta hoy, como el
enfoque más adecuado para atender a las características del proceso de
comprensión de la lectura planteadas en el modelo interactivo de lectura,
modelo que surge de la teoría cognoscitiva.
Este enfoque postula la evaluación del sujeto en relación con el texto en el contexto del uso del conocimiento.
Según Torrance (1994) los términos valoración auténtica de la lectura o valoración ecológica, son expresiones
genéricas para describir un nuevo rango de aproximación a la evaluación, cuya
implicancia básica es que la designación de las tareas de evaluación deberían
ser más prácticas, realistas y desafiantes que las propuestas de los llamados
tests cuantitativos.
La valoración auténtica de la lectura se basa en la relación
entre lectores y sus contextos de lectura, es una valoración que trasciende la
observación informal de la clase; o sea una valoración sistemáticamente
planeada de la conducta en lectura de los estudiantes, puestos en situaciones
de clase donde ellos están comprometidos con tareas de lectura y textos
auténticos (Johnston, 1992

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